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Siempre existe una razón por la que conoces a algunas personas.

 O los necesitas para cambiar tu vida, o eres tú quien cambiará la suya.

Personas que se convierten en amigos del alma, donde ni un solo día pasa sin saludaros, sin preguntaros ¿Qué tal?

Los echas de menos en cuanto no sabes de ellos, te preocupas.

 Y sabes que cuando los necesites a cualquier hora, cualquier día van a estar ahí.

 Sin excusas.

Son esas bonitas amistades que perduran a través de los años... las de verdad.

 

No podemos juzgar la vida de otros, ya que cada persona conoce su propio dolor y sus propias renuncias. Una cosa es sentir que estás en el camino correcto, pero otra es pensar que el tuyo es el único camino.

Infinitas Bendiciones.