martes, 23 de febrero de 2016

Conmigo no escatimaba su ternura;
tenía un modo de acariciarme,
de susurrarme pequeñas delicias
mientras me besaba, que francamente
yo salía de allí mareado de felicidad y,
por qué no decirlo, de deseo.

Mario Benedetti



No hay comentarios:

Publicar un comentario

                          Creo en las señales.    A veces resulta bonito pensar que los que ya no están, nos mandan señales de una manera...