lunes, 19 de septiembre de 2016

Nunca nada se va hasta que nos haya enseñado lo que necesitamos saber. Pema Chodron ✿•*¨`*•.¸ En cierto templo, el monje encargado de limpiar el suelo de la sala de meditación descubría cada día las huellas de un gato que, después de haberla limpiado, volvía siempre a ensuciarla. Todas las mañanas se afanaba en dejarla reluciente, pero justo antes de terminar su tarea, volvía a encontrarse aquellas dichosas pisadas y se obsesionó, perdiendo incluso el sueño y pensando sólo en atrapar al gato para darle su merecido. Sin saber qué hacer, harto de tanta desazón, decidió ir a consultar a su maestro, quien le dijo: - Cuando veas las huellas del gato, sencillamente vuelve a limpiar la sala. No son las huellas del animal las que te han perturbado tanto, es tu propio rechazo el que te ha sacado de tu paz. Ese gato es tu verdadero maestro, que se te ha aparecido para que aprendas dónde está tu debilidad. Todos tenemos un aprendizaje y las señales aparecen , debemos aprender a mirarlas con respeto y agradecer por lo el encuentro con aquello que nos desequilibra y nos enferma. Cada uno encuentra su propia forma de iluminar la cuerda...

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