Esos días, los más largos de mi vida, los más tranquilos, nos dedicamos, Ella/ El y Tu/Yo cuidadosamente a existir.
A existir, que es para mí desaprender la prisa.
Soltar los músculos de mi corazón y dejarlo latir a su ritmo.
Volver a estar en el calor del sol sin pensar en el calor.
Comer cuando el hambre tiene hambre y obedecer el sueño que llega cuando la noche llega y la oscuridad cubre las cosas, y las cosas en la oscuridad pueden descansar.
De nuevo estar.
Estar y ver.
Y verlo todo lo que está tal como es, sólo mientras está hoy, como no sabemos si estará.
Sabina Berman - La mujer que buceó dentro del corazón del mundo
A existir, que es para mí desaprender la prisa.
Soltar los músculos de mi corazón y dejarlo latir a su ritmo.
Volver a estar en el calor del sol sin pensar en el calor.
Comer cuando el hambre tiene hambre y obedecer el sueño que llega cuando la noche llega y la oscuridad cubre las cosas, y las cosas en la oscuridad pueden descansar.
De nuevo estar.
Estar y ver.
Y verlo todo lo que está tal como es, sólo mientras está hoy, como no sabemos si estará.
Sabina Berman - La mujer que buceó dentro del corazón del mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario