El ser humano danza entre velos de distinta vibración al pasar los años de su vida física, cada eslabón que une lo lleva a experimentar diferentes formas de expresión del ser, donde prueba manifestar su despliegue de poder. La Experiencia de poder se gradúa en la medida que el ser reconoce que esa experiencia aumenta su potencial interior y disminuye la experiencia emocional del vació.
La experiencia de vacío despliega una oscuridad emocional que reposa en el sin sentido, donde todo es ajeno y el ser que observa se pierde en la ilusión de una realidad que lo atrapa en su propia oscuridad y desenfreno.
El reconocimiento de la experiencia, como ejercicio de experimentar el ser abriendo los sentidos emocionales para retornar al equilibrio que el mismo ser es en sí, resulta de una profunda reflexión y acción en el camino evolutivo del ser que experimenta sus diferentes niveles de constitución humana.
En esta expansión humana el ser que se observa a sí mismo en el proceso de evolución puede al conectarse con su centro vital elegir experimentar su propia esencia donde nada es impuesto como la manipulación del poder y donde toda la experiencia emocional que subyace en ella permite que el ser observe la sinfonía de su propia música en acordes universales que reconocen en cada manifestación humana una divinidad en evolución.
Esa sinfonía que reposa en el ser, en un flujo continuo experimenta las distintas tonalidades de la conexión universal que se unifica al verse a si mismo como una totalidad que carece de distinciones humanas y que permite la danza del ser en toda su magnitud.
Esa danza serena, sutil liberada de miedos y ataduras espera con ternura el nacimiento del nuevo sol y de la fuerza que albergada en su interior, una vez reconocida, hace eco en la exteriorización de los talentos y virtudes que el mismo ser esta dispuesto a desplegar.
Al desplegarse el Ser se experimenta a sí mismo en un éxtasis de servicio que co-crea cada espacio de esta realidad física y de la no física en una sincronía que lo asombra y la transita por los senderos lumínicos de la matriz amorosa de la vida.
La experiencia ocurre segundos antes en la mente humana que atrae y dibuja lo que desea experimentar de acuerdo al plano evolutivo en el que se encuentre, puede ser una experiencia no consiente pero es atraída cuando el ser como aprendiz esta listo para el ser maestro que le extiende con sabiduría el nuevo eslabón a transitar. Estar consientes de nuestro flujo interior nos abre el camino.
*DESEO*
*Que tu luz interior encuentre el camino del despertar *
*MARIELA*
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